Un médico escribe su obra

Escrito por: Diana Iglesias Aguilar

El Doctor en Medicina Arsenio Rosales Morales cuenta en escenas sus obras literarias y la obra de su vida, en la sede de la Uneac en Bayamo, donde recibe el reconocimiento por su fecunda existencia.

Logró conjugar con aciertos la gran disyuntiva de su vida, que fue descubrir si la pasión por las letras debía combatir con la vocación de médico. Finalmente, aún con bríos juveniles, Arsenio Rosales opta por estudiar Medicina y se titula como especialista en II grado de Psiquiatría, profesión que tributa al escritor herramientas para la fabricación de novelas, relatos publicados en Cuba y el mundo. Por la intensa y extensa obra literaria que abarca la ensayística y la poesía, recibe en la 29 edición de la Fiesta de la Cubanía el agasajo de los escritores y artistas de la Uneac y el Centro Provincial del Libro en Granma.

Ya octogenario,  conserva la lucidez de los gurúes,  y discursar con fluidez de diversos temas que le apasionan que rondan la literatura, en especial la poesía y los poetas como el bayamés Juan Clemente Zenea, también aborda personajes siniestros y de la historia real local.

Cerca de cuatro décadas de su vida diagnosticaba y hacia terapias con la misma mano que fabulaba acerca de esas historias humanas que necesitas leer para adentrarte en mundos desconocidos pero ciertos, así de complejo es el mundo de la mente humana. Varias novelas inéditas (cinco) esperan por ojos de editores y financiamientos, él que apuesta incluso por los libros en formato electrónico, si en definitiva lo importante es leer.

Los personajes salen de esas experiencias profesionales,  delineados como haría un escultor con gubia en mano, con sus contradicciones y luces, preñados de matices y profundas cicatrices de diversa etiología. Un recorrido por su trayectoria artística y de servicio a la humanidad, nos pone delante a un hombre sensible y agudo, que ha hecho grandes esfuerzos para dejar su obra literaria.

Cumplió misión internacionalista en la República de Mozambique, donde recibió la distinción “Majadahonda 1936” por su activa participación de tipo cultural, intelectual y médica. Allá fue además de incansable médico, promotor de la cultura cubana. Publicando en revistas y periódicos sus obras.

En Cuba, ha publicado ensayos y poemas en Unión, Bohemia, Revolución y Cultura, Gaceta de Cuba, Santiago, Cauce, Ventana Sur y otras, dentro y fuera de la isla, en donde ha  obtenido premios nacionales en poesía y ensayo. Fundador de la Uneac en Granma, transitó por talleres literarios de Manzanillo y Bayamo, ha sido jurado de incontables concursos de narrativa, ensayo y poesías y por varios lustros presidente de la asociación de escritores de la Uneac.

La Uneac le tributa el reconocimiento justo por la obra viva al servicio de la cultura cubana.

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