Alexey Mendoza, y el taller donde cuida la literatura como a un niño

Escrito por: Diana Iglesias Aguilar

Bien puede ser un personaje de novela, un romántico poeta, o desempeñar cualquier oficio de imprenta y edición de libros que contengan los más variados géneros literarios. Alexey Mendoza Quintero tiene su estrella, su karma, su destino ligado a los libros.

Sin embargo es un reconocido promotor Cultural literario en el Jiguaní natal, un pueblo con alma y nombre aborigen y mambí, dónde hay un nicho literario de dónde han salido grandes artistas de las letras cubanas cómo Carlos Casasayas Comas, y más reciente hombres y mujeres poetas y narradores de consistente obra.

Siempre le gustó leer, desde niño, y hasta la adolescencia, pasaba horas entre los muchos libros que la tía tiene en su cuarto. El  recuerdo de los estantes donde acomodaba los policíacos, aventuras, novelas clásicas, los infantiles y los inolvidables diccionarios, prevalece a pesar del tiempo.

También los viajes de niño  a la librería, se le antoja ser un descubridor cómo Julio Verne, o tan intrépido cómo Peter Pan, enamorando libreras con la sonrisa de mulato salamero. Prefería guardar las pesetas de la merienda para comprar las novedades editoriales, y sofocar el fuego del estómago en la casa de la abuela.

En la adolescencia,  ocurrieron dos hechos importantes: comenzó a escribir como aficionado participando en concursos estudiantiles y en tercer año de la carrera conoció a Delis Gamboa, escritor guisero mudado a Jiguaní, quién le prestó » «El llano en llamas» y «Pedro Páramo» de Juan Rulfo. Y le dijo: » aprende de los maestros».

Recuerda Alexey  que leyó día y noche, como un loco, y Rulfo lo atrapó con sus atmósferas irrespirables, sus personajes singulares y su prosa sencilla y punzante.
Después fueron los talleres hasta la madrugada en la fábrica de hielo, donde Delis era sereno, las enseñanzas de Carlos Casasayas, la participación en concursos provinciales, la integración del grupo Hacedor y la beca en el Centro de formación literaria Onelio Jorge Cardoso: una entrada al Olimpo.

En 2007 publica el libro de cuentos para adultos «El viejo insomnio».  Sus textos narrativos están en diversas antologías cubanas, y algunos cuentos y poesías para niños también. En 2019 publica el libro de mini cuentos «Calibre 50» por Tu Letra Online.
Confiesa que escribe de lo que sabe, ve y escucha o imagina. Le interesa sobremanera la personalidad humana, el detalle más insignificante, el ser anodino y de bajo perfil. La pura verdad es que entre más difícil es el drama existencial, más caldo de cultivo para el artista.

De los niños y adolescentes le interesa todo, desde los temas universales que los rozan hasta las modas actuales de tecnologías y ciberespacios. «Los niños son muy inteligentes y oficiosos», asegura Alexey, » cuando se les estimula el desarrollo intelectual de forma correcta» por eso él se dedica a sembrar en niños y adolescentes la esperanza de la literatura en el taller literario infantil Meñique Travieso, un hijo para él que cuida y nutre cada día. 

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