Fiffe

Escrito por: Diana Iglesias Aguilar

Es dueño de una energía incuestionable, aunque los años, 60 ¡ya! Pesan algo en su menuda geografía corporal. Sí, Juan González Fiffe, Fiffe sin más señas, arriba a la edad de seis décadas, y no puede pasar por alto en estos espacios, el soñador para el que concibe el teatro como un arte de síntesis, que se apropia de la virtud de otras artes y las incorpora.

Así mismo va tejiendo él su madeja, la de Teatro Andante, la de la Academia de Actuación y la Escuela de Títeres de Bayamo de las que es fundador. Toma de cada uno lo mejor…y lo peor, para moldear, cincelar, (machucar también) y hacerle brillar en la escena.

Natural de San Antonio del Sur, un pueblo de la provincia de Guantánamo donde los ríos corren prestos a besar el mar, dueño este de un color azul inconfundible y diferente al del resto del agua marina que rodea a la isla de Cuba (y que conste que le he dado la vuelta por la costa). Allí debe haber bebido de un agua especial, porque si bien no hay herencia artística, y si pedagógica por línea materna, y él y sus hermanas Mileydys y Sara han dedicado la vida al teatro.

Parece un niño extasiado que viene por primera vez ante un escenario cuando ve una puesta de Teatro Andante, no importa si la puesta es el estreno o la numero 30, la ve con el mismo gozo, sentado en primera fila, dispuesto a reír, llorar, emocionarse.

Otra cosa es en montaje, cuando las ideas de una nueva obra van fluyendo, y eso ocurre periódicamente en Teatro Andante (con treinta y dos años de fundado y más de 35 de andanzas callejeras por toda Granma y Cuba). Hace de dramaturgo, de diseñador de vestuario, de escenografía, de títeres, de atrezo, y también construye lo que dibuja, como uno más.

Creo que prefiere la creación colectiva, así el resto de Andante va aportando frases, movimientos, y él dándole la forma definitiva en el gran laboratorio que es la agrupación que se distingue primero por el quehacer comunitario, luego el trabajo sistemático, de exploración y búsqueda, el intercambio con otros artistas del territorio y los vínculos sólidos con el teatro europeo homólogo  o latinoamericano, donde también deja huellas.

Para Fiffe el teatro es el único arte vivo que se hace mirando a los ojos, por eso quizá la pasión en cada montaje, que es un sueño. Por el que apuesta cada amanecer a pesar de miles de contrariedades y limitaciones a las que se enfrenta para hacer arte, como todo cubano, pero multiplicado por miles, porque hace arte para divertir, entretener, alegrar a centenares de personas desconocidas.

El tiempo pasa y parece que la geografía condena, pero Fiffe se resiste. Ni la pandemia pudo con él ni con Andante. Pioneros en redes sociales, crearon ¨Para conocer a Andante¨ y ¨Andante de casa en casa¨, la primera con videos caseros de la agrupación, reunidos por décadas, la segunda, una serie de siete historias cortas hechas desde cada casa de actores y equipo técnico, enlazada por WhatsApp  que tuvo como resultado la animación y seguimiento de  publico de todas las latitudes.

Mirar a los ojos de loa espectadores, verificar que algo se produce allá dentro de cada uno cuando los actores salen a escena, está entre las mayores satisfacciones de este hombre que necesita cada día 48 horas, porque siempre está ocupado: escribiendo, dibujando, construyendo, creando.

A propósito de la construcción, a los 60 años recibirá una de las satisfacciones mayores de un teatrista: ver concluida la sede del grupo. Se lo merecen, por incansables, por entregados al arte, por desafiar todas las barreras y abismos que los separan de la creación a cualquier precio.

Otra satisfacción le llegó este año al viejo gruñón: la viola, la violetera, o simplemente Violeta, la primera hermosa nieta que ha traído innumerables alegrías y hasta energías y mieles porque se le ve más ágil, menos peleón y más alegre. 

Deseándole mucha salud para disfrutar la sede, a Violeta, para seguir estrenando y enseñando, para seguir aportando a la Cultura Cubana, felicitamos a Fiffe, quien bien merece, por obra de la vida, abundante y firme, el Premio Nacional de Teatro Cubano. 

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