El arte no cesa


Por Diana Iglesias Aguilar
El quehacer artístico de los creadores granmenses no cesa aún en las especiales condiciones que vivimos.
Desde sus casas auxiliados por instrumentos musicales,
soportes informáticos, el apoyo familiar y de su profesora Ary Rodriguez, los niños
y niñas del Coro Ismaelillo no descansan.
Estos días han servido a Amanda Paneque para descubrir
melodías al piano electrónico, aplicación que le copió su maestra de música Ary
Rodriguez.
Con 9 años cursa cuarto grado en la escuela primaria José
Antonio Saco de Bayamo y sueña con ser una buena percusionista. Amanda ensaya
los temas “Ay mamá Inés”, ” Para pintar tu sonrisa” y
“Resistiré”, por teléfono se los canta a Ary y ella evalúa el
desarrollo alcanzado por la pupila, la que si bien extraña los ensayos con
todos sus amigos del Coro, entiende las medidas de aislamiento social
necesarias para preservar la salud.
Otro tanto hace Lenna Luz Casas, alumna de la secundaria
urbana Vicente Quesada. Liz aprende canciones y ensaya otras para ”
pulirlas bien” siempre por teléfono a la maestra Ary, quién va corrigiendo
con firmeza y ternura.
Para Samuel Sánchez de doce años, la rutina de ensayos
constituye en el día momento grato. Estudia trompeta en la Escuela profesional
de arte Manuel Muñoz y es seguido a diario por teléfono por Ary, la que orienta
repertorio y sigue de cerca desempeño.
Samuel confiesa que es un tiempo duro en el que verse
imposibilitado de jugar con sus amigos le hace sentir inquieto, pero está claro
de lo necesarias que son estas medidas y las de higiene personal para salir
victoriosos. Por eso se concentra en aprender nuevas canciones, entonarlas bien
y ensayar muchas veces hasta que quede perfecta.
Son tiempos difíciles pero el arte no se detiene, los
cantores del Coro Ismaelillo de Bayamo tienen múltiples retos. Los cumplirán.